· Ante ese deseo de entrega que pone en ti, pide a
Jesús: “méteme en tu voluntad”, y así Él te irá guiando para que se cumpla en
ti su voluntad.
· No es indiferencia no tener más ganas de morir o de
quedarte, es conformidad con la voluntad de Dios. No es frialdad, es que ha
pasado la etapa del noviazgo y es la etapa del matrimonio, vívelo en Él. Pero
el Señor es nuevo cada día. Ábrete a su novedad.
· Dile al Señor: “Méteme en tu voluntad para que no
viva según mi voluntad, que muera a mí misma”.
· Déjalo todo en manos del Señor, su voluntad es de
amor.
· Pide cada día el don de la confianza y la obediencia
a su voluntad.
· Pon ante el Señor todos sus planes y dile: “si tú
quieres, cámbiamelos”.
·
Por la mañana, en la oración, pon en las manos del
Señor todo lo que tengas que hacer en el día y dile: “hágase en mí según tu
voluntad” y empieza a actuar en tus obligaciones con naturalidad, sabiendo que
el Señor va contigo, que te conduce; y sin agobios, que no son del Señor.
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