miércoles, 19 de marzo de 2014

LA PRESENCIA DE JESÚS EN TI

 
 
 

 
·      Vive de Dios, goza de Dios, transmite a Dios. Vive con Cristo y en Cristo.
 
·      Di cada día: “Espíritu Santo, hazme Jesús”. Tú eres Jesús.
 
·      Abandónate en Él, deja que sea Él que viva en ti.
 
·      Tienes que ser la presencia de Jesús para todos los que te rodean.
 
·      Pide al Padre que te haga consciente de que Jesús vive en ti.
 
·     Pide el ver a Jesús en ti y en los demás, y vive la fe para vivirlo.
 
·      ¿Quieres ver el rostro de Jesús? Mírate al espejo, y mira el rostro de tu hermano, verás a Jesús. Créelo.
 
·      No quieras seguir queriendo guiarte por tu inteligencia. Abandónate en Él, deja que sea Él que viva en ti.
 
·      “Morir a uno mismo”: significa renunciar a todo lo que sean logros tuyos, pide que sea Él el que obre en ti, el que viva en ti, el que ame en ti.
 
·               En ti habita la Trinidad, eres la visibilidad del Padre y del Hijo y el amor del Espíritu Santo para los demás. Pide que ponga en ti su misericordia para amar a los demás.
 
·               Pide al Señor que te posea, deja al Señor que te posea plenamente, pero no de fuera a dentro, sino de dentro, donde Él habita, hacia fuera; que le irradies por todos los poros de tu piel, por tu mirada, tus palabras, tus manos…
 
·      Vivir en Jesús es vivir también con todos los que ya han partido.
 
·      No quieras experimentar, sentir, comprender, que Jesús vive en ti: solamente VÍVELO.
 
·      No “hacer”, VIVIR, Jesús vive en ti, todo es suyo. Hasta tu pecado es suyo, se lo ha ganado. No hay que querer hacer cosas, deja que Jesús viva en Ti.
 
·      Mi gracia te basta: Estas palabras de S. Pablo significan vivir la Trinidad. Vivir la Trinidad es ponerte en su presencia, estar ante el Padre como un niño pequeño, estar en Jesús, que no solo vive en ti sino que te posee enteramente, y en el Espíritu Santo que es el que lo envuelve todo con su amor. No lo olvides nunca.
 
·      Eres templo del Señor. El habita en ti, no necesitas buscarle en la iglesia o en un lugar determinado, le puedes alabar, adorar, dentro de ti.
 
·      Palabras del Señor en la oración en lenguas antes de la absolución interpretadas por D. Santiago: “Hace tiempo que te dije que te dejaras llevar de mi mano sin ver, sin saber y sin preguntar. No quieras entenderme, no quieras abarcarme con tu inteligencia, déjate guiar, Yo te llevo de mi mano. Déjate llevar hacia donde Yo quiero llevarte.

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