· Ante el cansancio, ante el dolor, dile: “Gracias,
Señor, porque eres tú el que sufre este dolor en mí, el que se cansa en mí”.
· Ante la enfermedad y los dolores de la vejez y sus
limitaciones, yo (D. Santiago habla de sí mismo), le digo al Señor cada mañana:
“Si quieres puedes sanarme y si no ven a llevar esta cruz conmigo”. Si el Señor
no quiere quitarme los dolores, el Señor sabrá para que quiere Él sufrirlo en
mí.
· Vive cada dolor, cada padecimiento, en el Señor, así
ese dolor es redentor. Vive las palabras de Jesús en la cruz.Ç
· Alégrate de las persecuciones y de las cruces, así,
con ellas, te pareces a tu Señor. No quieras llevar la cruz tú sola, te haría
daño y no te serviría para nada, llévala con Jesús, que Él la lleve en ti. Por
Cristo, con Él y en Él.
· Compasión: padecer-con. El Compasivo, el Paciente,
es el Señor en la cruz. Cuando tú sufras de una forma o de otra, dale tu
sufrimiento a Él y Él se crucifica contigo en la cruz.
· No puedes llevar la cruz tú sola, porque te
aplastaría, pídele al Señor que la lleve contigo que la lleve contigo. Tarde o
temprano siempre hay una cruz.
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