miércoles, 19 de marzo de 2014

LA CRUZ



 ·   Tú sola no puedes llevar tu cruz, dásela a Él, tienes que pedirle que venga a ti para que la lleve Él en ti, y así esa cruz, ese sufrimiento, ese cansancio… se hacen redentores con Él. Así completo en mi carne lo que falta a los méritos de Jesús en la cruz.
·    Ante el cansancio, ante el dolor, dile: “Gracias, Señor, porque eres tú el que sufre este dolor en mí, el que se cansa en mí”.
 
·   Ante la enfermedad y los dolores de la vejez y sus limitaciones, yo (D. Santiago habla de sí mismo), le digo al Señor cada mañana: “Si quieres puedes sanarme y si no ven a llevar esta cruz conmigo”. Si el Señor no quiere quitarme los dolores, el Señor sabrá para que quiere Él sufrirlo en mí.
 
·    Vive cada dolor, cada padecimiento, en el Señor, así ese dolor es redentor. Vive las palabras de Jesús en la cruz.Ç
 
·    Alégrate de las persecuciones y de las cruces, así, con ellas, te pareces a tu Señor. No quieras llevar la cruz tú sola, te haría daño y no te serviría para nada, llévala con Jesús, que Él la lleve en ti. Por Cristo, con Él y en Él.
 
·     Compasión: padecer-con. El Compasivo, el Paciente, es el Señor en la cruz. Cuando tú sufras de una forma o de otra, dale tu sufrimiento a Él y Él se crucifica contigo en la  cruz.
 
·     No puedes llevar la cruz tú sola, porque te aplastaría, pídele al Señor que la lleve contigo que la lleve contigo. Tarde o temprano siempre hay una cruz.

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