jueves, 20 de marzo de 2014

SER TESTIGO

 

 ·        Eres testigo con tu vida. La alegría es el mejor testimonio.
 
·        Proclama la obra de Dios en ti. Comunica lo que vives a los que te rodean. Tienes que comunicar las curaciones que Dios hace en ti. Evangeliza con el testimonio de tu vida.
 
·        Evangelizar es entregar a Jesús. De tu seno brotarán ríos de agua viva. Viviendo en Jesús, todo es entregar a Jesús a los demás, alimentar a los demás. Evangelizar hasta los confines de la tierra… eso quiere decir allí donde te muevas.

·        Somos fecundados por el Señor para dar a luz a los hermanos, para alimentar a los hermanos, a aquellos que el Señor te ponga, no quieras ir tú a buscarlos por tu cuenta. Que tu familia, todos los que te rodean, yo mismo (Don Santiago, necesitamos que nos alimentes. Que cuando acudís a la dirección espiritual es una forma de que me alimentes a mí. Que todos somos pobres en algún aspecto y es ahí donde necesitamos que nos alimenten.

·        Has de comunicar a los hermanos lo que el Señor hace en tu vida, has de ser testigo, deja que Jesús sea el testigo.

·        La enseñanza en la oración del grupo tiene que ser vida, experiencia de Dios.

·        Cuando les digas a tus familiares; “te amo”, es Jesús el que se lo dice; cuando les llames, es Jesús; cuando les beses, es Jesús… No ocultarte si vas a orar…dilo.

·        Acoger Por amor, ese es tu testimonio.

·        Pide la valentía de ser testigo cuándo, cómo y dónde Él quiera. No es dar testimonio sino ser testigo.

·       Has de ser testigo, ser luz, la luz del Señor, las 24 horas del día viviendo en el Señor. No es necesario ir hablando todo el tiempo, solo en los momentos que te ponga el Señor. Tu vocación es ser testigo con tu vida, allí donde el Señor te ha puesto. Pero el que actúa es Él.

·        Si ves que hablando con tus hijos, hermanos, etc., no va a servir de nada sino llevar a discusión, no digas nada, respeta, ama, e intercede por ellos. El testimonio no es lo que digas sino tu actitud hacia ellos y ante la vida.

·        Habla a tus hijos, familia… de lo que vives, no dándoles lecciones, ni diciéndoles lo que tienen que hacer, sino lo que ha significado y significa el Señor para ti. Pide al Señor la ocasión y las palabras. Si te guardas solo para ti los dones del Espíritu santo, se pudren,

·        Está bien lo de pedir al Señor, úsame para tu evangelización, pero no la segunda parte: ¿tendré que colaborar…? Eso sería obra tuya. Evangelizar es amar con el amor que Jesús ha puesto en ti primero, es mirar con la mirada de Jesús, es ayudar al hermano, trabajar… viviendo en Jesús. Eso es evangelizar en tu medio ambiente, ahí es donde debes evangelizar.

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