· La palabra de Dios no es solo la Sagrada Escritura, también tú eres Palabra de Dios para el hermano en la medida que participes de Él. Solo Él es la Palabra Encarnada y tú lo eres con Él si le dejas que viva en ti.
· Siempre que leas la Biblia, antes, en unos momentos, pide al Señor que sea Él el que la lea.
· Cada día, en la oración, después de hacer la lectura de la Palabra da gracias al Padre desde Jesús por lo que te haya dicho a través de ella.
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