· Al sentir rechazo por personas: pide al Señor: “Haz,
Señor, que mis ojos sean tus ojos para que les mire a través de ellos con tu
misericordia, que les ame con tu amor”. Alaba al Señor por ellas y en ellas,
alábale por lo que ha hecho en ellas y por lo que va a hacer, pídele que las
haga santas y que me haga santo a mí (D. Santiago se refería a sí mismo) y dale
gracias por ellas, alábale y adórale dentro de ellas.
· Sentir los rechazos es una oportunidad de unirte a
Él cuando le llamas para que acuda en tu ayuda.
· Cuando sientas un rechazo por algún hermano o por
cualquier persona, inmediatamente intercede y ama desde Jesús que vive en ti.
· El sentir rechazo por alguien es algo que puede ser
instintivo, pero si no lo consientes no es pecado, y si no hay advertencia
tampoco.
· El Señor te dice: “Cada vez que rechaces a un
hermano te alejas de mí, Yo me alejo de ti porque me rechazas a mí en el
hermano”.
· Prohibido despreciarte a ti mismo. Busca motivos
para valorarte viendo lo bueno de tu vida. No seas intransigente contigo mismo.
·
Dios te hace ver lo que tienes por dentro pero no
acusándote. El que acusa es el espíritu del mal.
· Maltratarte es la gran tentación para acomplejarte,
estar triste, cansarte, quedar sin seguridad de vida.
· Si no te aceptas a ti mismo estás rechazando el amor
de Dios. No te escandalices de cómo eres. Dignifícate, tú eres Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario