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El Señor te dice: ¡Alégrate! Pídele su alegría. Vive
en Él. Vive su alegría para estar alegre y reza el Magníficat.
· Cuando te sientas triste no esperes a que el Señor te
tenga que consolar, acude a Él inmediatamente en cuanto te des cuenta, dale esa
tristeza, y estate segura de que Él te consuela. Señor, devuélveme la alegría
de tu salvación.
· Y les enseño las manos y el costado y se llenaron de
alegría. Tienes que ver también a Jesús resucitado con sus llagas luminosas, no
debemos quedarnos siempre en Jesús crucificado.
· Tu gozo y tu alegría es el Señor, es tu Señor, Él
también se alegra y goza por ti.
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